lunes, 25 de enero de 2010

LA PUERTA DE ALMODÓVAR



Puerta de Almodóvar
Puerta de Almodóvar


La Puerta de Almodóvar era y es, un barrio de bastante solera en nuestra ciudad. Nos vamos a circunscribir a la pequeña plaza que configuran la confluencia de las calle Tejón y Marín (Madera), Fernández Ruano, Almanzor, y Judíos.

Vamos a iniciar un breve recorrido por el corazón del barrio de la Puerta de Almodóvar y sus gentes. Antes de entrar al Arco, mejor dicho pasar la puerta, que es de origen árabe, llamada Puerta del Nogal (Bab al-Chawz), decir que en el siglo XIV la reformaron. Bóveda de cañón en altura, cuyo arco estuvo cegado en el XIX por un muro, hasta que se abrió después para mostrar la adintelada actual. Su fábrica es de sillería y ladrillo y tiene el adarve bien conservado.

A la derecha antes de entrar estaba la "jeringuera" de la zona, en el rincón que formaba el quicio derecho de la Puerta con la parilla sobre la Huerta del Rey, lo que hoy es la calle Cariuan. Doña Teresa Moya, madre de José Gálvez, panadero del horno de Salmoral, que se casó con Carmela López, hermana del famoso “López” el chatarrero del sótano de Cardenal González, del que hablaremos en otra ocasión pues es un personaje digno de una sola entrada. Carmela, una vez su suegra, Doña Teresa murió, se hizo cargo del puesto de jeringos, cuestión que podemos interpretar como el traspaso a una segunda generación de jeringueras. Digo jeringueras, no churreras, ya que esa palabra no es cordobesa, aunque ahora sea el nombre que queda. Jeringo es una derivación de tejeringo, por salir la masa de una especie de jeringa, y churro es sinónimo de ello, y también buñuelo, pero en Córdoba han sido siempre jeringos, sujetos por la enea. Ah, y la masa de los churros no es de patata, es de harina y agua lo que pasa es que en su elaboración parece que es patata.

Pepe Gálvez, Carmen López y Carmeli

Carmela López era una agradable mujer, oriunda de Dúrcal (Granada), el pueblo granadino camino de Motril, nada más pasado el Suspiro del Moro, del que la malograda Roció Dúrcal tomó su nombre. En los últimos años de su vida se puso muy gruesa, que era lo significativo, pero eso la hacía más agradable, porque la expresión de las personas gruesas siempre la he considerado de felicidad. Claro luego están las goteras de la salud y Carmela lo pasó muy mal hasta que se marchó, Pepe su marido lo hizo antes. Ellos tenían dos hijos Pepín y Carmeli, la segunda el vivo retrato de su madre. El puesto pasó luego, todavía con Carmela López al rincón de la izquierda, una vez pasado el arco. En ese sitio, cuando el puesto de jeringos se trasladó a la primera casa de la esquina de la calle Fernández Ruano con Almanzor, se instaló un puesto de arropías, que estuvo hasta hace poco, entendiendo ese poco por algunos años. Los jeringos, para terminar con esta familia estuvieron muchoas años en la nueva ubicación, Carmela se retiro por cuestiones de salud y se hizo cargo la tercera generación, Carmeli su hija, hasta su cierre.


Puerta de Almodóvar desde el interior
Desde el interior


Si seguimos por esa acera de la izquierda del arco, lo primero que nos encontrábamos era el puesto de Doña Anita, madre del Barbero al que cariñosamente llamaban “el chato”, nos podemos imaginar el porqué. Luego había una casa de vecinos que formaba parte de la muralla. De los vecinos de esa casa sólo recuerdo a Pepe Sánchez su esposa e hijos, que tenía en la calle Cabrera una pasamanería, "Mercería Sánchez", y que todavía la tienen sus herederos concretamente la lleva su nuera María Dolores y su hijo Pepe, en principio la tuvo también en el Campo de la Verdad. Luego estaba el portal de la barbería -ya hemos citado antes al barbero-. La barbería era el centro, como en todas, de la información del barrio. La farmacia; otra casa de vecinos y la panadería de Carmen que luego regentó su hija Remedios, viuda. A continuación Manolín “el Boca”, que tenía el bar de la esquina con la calle Tejón y Marín (Madera), que después fue el bar de Salinas. Manolín fue jugador de futbol, era tío político del famoso portero Manolín Reina, sobrino carnal de su mujer. Manolín le traspasó el Bar al padre de “Pepete” Salinas, que lo ha tenido hasta hace poco y con mucha clase. Manolín se hizo cargo del kiosco, que tuvo muchos años, que había al lado de los servicios de la Cruz Roja, junto a la parada de taxis, frente al “Palas”.

Cruzamos la calle Tejón y Marín (Madera) y en el frontal, que a la izquierda tenía en la pared la clásica cartelera municipal, estaba la tienda de ultramarinos de Joaquín Aguilar. Giramos otra vez en dirección al arco, y en la esquina de Almanzor estaba casa Paco Bravo, otra taberna de solera, que se trasladó después a los Mártires. Ahora sigue con otros titulares creo que su hijo. A continuación el portal de zapatero remendón del yerno de “Manolito el Loco”, un personaje que siempre lo veíamos sentado en la puerta, en invierno dentro con su lata de picón, y en el verano en la acera, creo que invidente, al que le preguntábamos las mayores tonterías y como es lógico nos contestaba con mayores aún que nos hacían reir. Luego la mercería de D. Francisco Diéguez, después el portal de una casa de vecinos, dónde estaba la peluquería de Tere, la esposa de Paco Encuentra, buen amigo, ya fallecido, luego se mudaron a la calle Cariuan. En esa casa vivía también Caparrós. A continuación Casa Paco Rubio, la más importante taberna de la zona, en ella Pepe Salinas, el citado anteriormente de la taberna Salinas, aprendió el oficio.


Otra vista antigua de la Puerta
Otra vista antigua de la Puerta


En esa casa existe una lápida, en la fachada de la calle de los Judíos, en el número 1, que nos decía a los cordobeses que allí el día 3 de febrero de 1879 nació el ilustre Don Antonio Jaén Morente, profesor del Instituto Provincial, en la II República, Gobernador civil de Córdoba y Málaga y embajador del Perú y Filipinas. Fue Diputado a Cortes por Izquierda Republicana y murió en Puerto Rico, donde se exilio, al terminar la guerra Civil, en 1964. La "Historia de Córdoba" de Don Antonio Jaén Morente es una excelente y amena recopilación de la historia de nuestra ciudad. Este libro lo terminó en 1935 y se lo dedicó a la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba. Luego se editó en 1976 por los hijos de Luque (Librería Luque), otro enamorado de esta ciudad y republicano de pro. Tuve la suerte de tener un ejemplar editado en la República que perdí. Decía que: “los puntos cardinales de la constelación lumínica de esta ciudad eran, Séneca, Osio, Averroes y Maimónides, que aunque te cuenten de otros, pues la matriz es ubérrima, en fin de cuentas sólo hallarás el gran surco de los cuatro.”


Placa nacimiento D. Antonio Jaen
Placa nacimiento D. Antonio Jaén.


Terminamos en el otro rincón interior del arco. La tienda de recuerdos de Manolita, que tuvo que pasar un aviso de derribo de la casa por haber infringido las normas, que afortunadamente se resolvió satisfactoriamente, y que tuvo la solidaridad de los vecinos del barrio. Allí tuvo un cuñado suyo al que llamaban “Malacara”, un bar.

Y estamos de nuevo en el Arco, del que hemos visto a lo largo del tiempo como ha cambiado su fisonomía para mejor, y de su entorno, muy poco entorno, para lo importante de sus habitantes, la mayoría de los citados que ya no están, y los que quedan son abuelos casi todos, pero en el que se condensaba prácticamente la vida de esa agradable zona de la ciudad, alrededor de una de sus puertas de entrada.


Una vista antigua con la alcubilla a la izquierda
Una vista antigua con la alcubilla a la izquierda.


Fotos de AHM, GMU y varios autores

22 comentarios :

Talbanés dijo...

Creo que la Puerta de Almodóvar es un rincón precioso de nuestra ciudad que acostumbro a visitar a menudo en mis paseos a pie o en bici por el casco histórico. Que pena que la mayoría de puertas antiguas y las murallas hayan sido derribadas. Paco, se que debe haber por ahí fotos antiguas de puertas que ya no existen, sería interesante que dedicases una entrada a hacer una relación de esas puertas desaparecidas aportando fotografías. Un saludo amigo.

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias por la observación, trataré de recopilar eso que dices, aunque ya hay por ahí algo al respecto. Lo tendré en cuenta.

Un saludo

Paco.

Joaquinrafae dijo...

Quería preguntarte si la calle Puerta de Almodóvar hace solo referencia a la ubicación intamuros que haces en el artículo, o si también se extendia fuera de la muralla, con las casas que aparecen en la preciosa fotografía antigua que nos muestras y donde hoy está el hospital de la Cruz Roja.

También quiero agradecerte la posibilidad que nos da con tus artículos, de revivir y/o conocer esas historias inimistas sobre nuestra ciudad que nos narras con tanta delicadeza.

Muchas gracias

Paco Muñoz dijo...

Gracias por tus palabras Joaquirafae.

Si, me refiero a intramuros, porque extramuros era campo y el Hospital de la Cruz Roja, que se inauguró en el 1932, yo como es lógico lo he conocido siempre.

Como consecuencia de tu pregunta me ha salido otro recorrido que me ha parecido una barbaridad para contestarte y voy a desarrollar otra entrada. Así que gracias otra vez porque si no me preguntas lo dejo en el baúl de los recuerdos.

Un saludo

Anónimo dijo...

Cuando escribes entradas como esta es cuando mas disfruto leyendote.
Dos preguntas, ¿que son las arropias? la barberia y la panaderia actuales son las continuadoras de las que citas, ¿no?

ANTONIO Y ROSA V. dijo...

Que recuerdos, pase mi infancia en esa calle, jugando con los nietos de Carmela,Jose Antonio(Adrian) y Mercedes, Javi,el hijo del barbero, Roberto, el actual Malacara, me ha encantado esta entrada y tu blog en general, lo enlazo al mio ipso facto.

Saludos

Paco Muñoz dijo...

Antonio y Rosa V. Que alegría que te haya gustado, lo he ampliado en una segunda entrada, porque se me había quedado corto, y aún así, son mucha buena gente y no cogen todos. También enlazo el tuyo, bueno luego que llego tarde al trabajo.... Gracias.

Paco Muñoz dijo...

Saqunda, era como se nombraban a la chucherías actuales, puesto de arropías, también de "Quiquis", la variedad como siempre: pipas, altramuces, pastillas de leche de burra (popular, unas pastillas dulzonas), "paloduz de palo", sobres de harina de algarroba, algarrobas, chufas, etc. A lo mejor procede hacer una entrada de ese material.

La barbería seguro, la panadería estaba al lado de Salinas, pero Remedios creo que está en una residencia de mayores, antes se la veía pasear su perro por la Cruz Roja. El tiempo, hermoso pero implacable, que cada vez nos arrima más miedos.

Gracias siempre.

Paco Muñoz dijo...

Saqunda, he visto mí contestación y creo que me he quedado corto. Las arropías eran un derivado del arrope, una especie de dulce elaborado con higos, y otros con miel de caña; pero por defecto se les llamaba a los puestos así, entendiendo que, a lo mejor no vendían ni siquiera arropías.

Había otras chucherías: el pirulí de la Habana, un precursor del Chupa-chups, un caramelo con palillo, pero en este caso en lugar de redondo cónico, vamos salvando los tamaños, como un capirote de nazareno. Por eso a las torres de TV le llaman también pirulies.

No se si me he explicado, si no es así sabes que siempre es un placer aclarar lo que sea.

jose abntonio adrian dijo...

muchas gracias por recordar a mis queridisimos abuelos se lo merecen,soy hijo de carmeli y me he criado en la puerta de almodovar.mi tio pepin me hablo de usted y mi amigo antonio me paso la direccion del blog.gracias por recordar a mi familia y demas gentes que vivian y viven en este barrio tan maravilloso.del cual sigo enamorado.un abrazo muy fuerte
jose antonio adrian galvez

harazem dijo...

Lo que yo recuerdo es que se llamaban arropías a los productos (como bien dices por extensión a todos, aunque proviene de los derivados del arrope) y arropiera tanto al puesto como a la señora que lo atendía. Y sí, deberías tirarte el rollo y evocarnos productos y el catálofgo de las chuches de entonces ¿Te acuerdas del tío del coqui chibiricoqui?

Paco Muñoz dijo...

José Antonio Adrian, Pues le das un beso a tu madre de mi parte. Tu tío Pepín es de esas tres o cuatro personas, no más, a las que antepongo siempre el título "mi amigo".

La pena es que yo no tengo espera y tu madre no estaba para buscar fotos, por eso no existe una foto de Carmela, que desde luego me hubiera gustado. Piensa que, en el año cincuenta y cuatro ya entraba yo en su casa.

Gracias. Un abrazo y lo dicho.

Paco Muñoz dijo...

D. Manuel Harazen, claro que me acuerdo, ¡¡Al coqui chibiricoqui!! ¡¡Al rico parisien!! y tantas cosas de los puestos de arropías, que no preguntábamos entonces si tenían conservantes y colorantes. Los polos eran caseros, coloreados con anilinas; los chicles recién inventados que si te los tragabas "se te pegaban las tripas", no veas el miedo; las garrapiñadas; como le dije a Saqunda: las pastillas de leche de burra; el paloduz, el regaliz (que ahora, bueno desde siempre sube la tensión)pastillas Juanola; los cigarros de matalauva; brea para las boquillas; chufas; altramuces; pipas; harina de algarroba, que si te lo tomabas se te quedaba tapizado el paladar para todo el día; almezas; algarrobas enteras; pirulís; etc. etc. Lo malo Manolo es encontrar fotos de estas cosas.

Un abrazo

marti dijo...

Como siempre magnífica crónica de personajes, ambientes y contexto. Ay aquélla de La Tomata!Por cierto, Arango andaba por allí,en Almanzor, antes de llegar al hoy hotel del hijo de Rafael Carrillo. El barbero del paseíllo torero tenía un aspecto peculiar y una panoplia de instrumentos,maquinillas y sillón inquietantes. El portero del Córdoba es Miguel Reina, hoy miembro del Consejo de Admón. del SAD, y los chupa-chups de la familia Bernat, hoy traspasados a una multinacional, fueron patentados redondos mucho antes de Kojak y Cruyff, otro consumidor compulsivo. El estudio de Rafael Orti también estaba en la calle Judíos y era un personaje habitual del barrio.
No demores la próxima crónica y pásate por La Taberna!

José Manuel Fuerte dijo...

¿Te das cuenta Paco? En estos comentarios tienes el ejemplo que te he dado en privado.

Es todo un lujo leer tus historias tan cercanas a la gente corriente que nos traes, y hacernos no olvidar lo que fueron esos lugares de los que hoy aún podemos disfrutar.

Gracias a ti, estos datos que nos aportas no se van a perder.

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias Martí

Se nota que conoces el paño.

De Arango sólo he conseguido una foto, estaba preparando un comentario, mi hijo que conoce a su hijo le va a preguntar un día de estos. A Arango al que yo conocí “arrastrando” materialmente la herramienta de trabajo, por la mañana temprano, medio dormido y algo cansado, con su melena blanca, después de haber deleitado en los Califas a los “señoritingos” toda la noche por una miseria, a veces sólo por las invitaciones, o sea por comer. Aunque sea doloroso afortunadamente hoy en día la profesión está más considerada, mi hijo es guitarrista y lo sé- siempre me acuerdo del chiste, muy significativo de lo que digo, cuando el cantaor del grupo que le amenizaba la juerga a los cortijeros y a las señoritas de dudosa moralidad -que no eran ellas, porque las de dudosa moralidad sus maridos eran socios del casino-, de las acompañantes no había duda eran putas, le preguntaba al que pagaba:

-D. Antonio, le gustan los caracoles. –Para cantar por ese palo.

Y D. Antonio analfabeto flamenco decía, dirigiéndose al mesonero:

-¡Si claro que sí que me gustan, que le pongan a estos señores unas raciones!

Quinito no estaba normal, es verdad que mi madre que lo conocía de muchos años atrás siempre decía que nunca había cortado a nadie, ese era el peligro que te convirtieras en un trabajo echado a perder del barbero. Pero no nunca había cortado a nadie.

– Buenos días Lola, como está usted, y su marido, y los niños, y la abuela… pues me alegro de que estén todos bien, buenos días otra vez, me voy al trabajo.

Y se metía en esa bien descrita por tí barbería, con su socio, que si no era tan declarado como Quinito, era un tanto siniestro.

Fíjate no bajé tanto por la calle de los Judíos a pesar de que mis tíos vivieron antes de llegar a la Sinagoga.

Gracias.

Los bares con el euro se han puesto muy caros, tanto en los bares como en todos sitios, "nos la metieron como soezmente se dice floja" y si a eso le sumas que por cuestiones de la tensión uno no puede beber… pero en fin siempre es bueno charlar con los amigos.

Un abrazo

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias Ben,

eres una buena persona, eso no quiere decir que tengas razón en tus apreciaciones, sobre todo en lo del lujo, pero ... a nadie le amarga un dulce. Lo que pasa es que sabiendo algo de tus andanzas por esta ciudad, a menos que te lo propongas seguro que las de la calle Mucho Trigo, o López García etc. serán tan agradables como puedan serlo estas.

Un abrazo.

Unknown dijo...

Hola Paco,
Buscando información sobre los orígenes de mi padre he llegado a tu maravilloso blog. Mi padre murió hace unos meses y estoy buscando información sobre su adorada Córdoba. Le eh leído a una de mis tías parte de este artículo y lloraba al oírlo. Me consta que mi padre era un buen amigo de Pepin Salinas. Soy nieta de Rafael el gafas y Antonia, porteros de la Fábrica de Gaseosas que había en la Casa del Indiano. Cualquier recuerdo sobre mi familia será recibido con el mayor cariño. Un saludo afectuoso desde Zurich. Arantxa

Paco Muñoz dijo...

Arantxa, muchas gracias en primer lugar y sobre todo me siento muy satisfecho haber llevado un poco de nuestra Córdoba a Suiza. No sé la edad que podría tener tu padre, pero me parece que Pepín Salinas era algo mayor que yo. Recuerdo a tus abuelos y a la Fábrica de las Gaseosas, que es como conocíamos esa plazuela, Plazuela de las Gaseosas. Mis amigos eran Pepín el hijo de Carmela la Jeringuera, y Juani Martínez de la casa del Huerto, al fondo de la calleja sin salida de Fernández Ruano, donde trabaje en casa de Paco Díaz Roncero. Mi tía Rafaela tuvo un puesto de Jeringos en la Plazuela de las Gaseosas, tengo una fotografía de 1950 o por esas fechas, vestido con un abrigo que parezco un esquimal, en el puesto en otra entrada de la Puerta de Almodóvar, la número II http://notascordobesas.blogspot.com.es/2010/01/la-puerta-de-almodovar-y-ii.html . Si tu padre es de esa época y vivió por allí lo más probable es que lo conociera, a Salinas lo conozco desde que estaba de nene con Paco el Rubio, luego estuve trabajando con Rafalín Gil, hijo del sillero, en la calleja de los Enterraores en la calle Almanzor. Pero claro es difícil sin fotos ni datos ubicar a tu familia. Ya te digo que mi tía Rafaela (fallecida hace bastante tiempo) seguro conocería y tendría relación con tus abuelos. A pesar de ser de la Mezquita al estar mis amigos en el barrio siempre estábamos por allí. La calle Fernández Ruano tenía un taller de modistas que siempre las veías por la ventana al pasar para o desde la plazuela de las Gaseosas. Luego estaban las tiendas; Barbería, Ultramarinos, etc. de la Puerta de Almodóvar. Remedios la carnicera, el loco de al lado de casa Paco Bravo, Quinito el Barbero, Mario, el chuleta deportista que se casó con la hija de Moreno el de los Muertos, que tenía una tienda en la calle Fernández Ruano, Juani el Carnicero, Antoñito el dorador, y tantas familias. Son muchos años, los míos 69 ya. Bueno habla con tu tía a ver si se acuerda de esas cosas o conoce algo de lo que te menciono.
Un saludo para tí y para ella.

Triteatras dijo...
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Triteatras dijo...

Hola Paco
No me acuerdo de ti, pero por tu edad y la mía nos hemos tenido q conocer, habiendo trabajado con Días Roncero en la casa del huerto, allí vivía mi abuela Ana (Anita la llamaban) y mis padres, yo viví allí hasta que mis padres, Josefina y Ricardo se mudaron al número 6 de la calle Fernández Ruano, incluso después yo seguía durmiendo con mi abuela Ana en su casa
Que recuerdos me has despertado al leerte, conocí a todos y cada uno de ellos, sobre todo a Carmela, Pepe y a sus hij@s Pepin y Carmeli
Yo estuve aprendiendo a coser en ese taller de modistas que cuentas, se veían por la ventana.......
Gracias por estos recuerdos!!!

Paco Muñoz dijo...

Yo estaba de aprendiz con Paco, al que conocíamos pues habíamos sido vecinos en la calle Medina y Corella 4, en el año 1956, tenía 9 años, y muchos antes entraba a casa de Juani Martínez porque nos íbamos al colegio a Alta de Santa Ana. Carmela y Pepe se mudaron a la calleja de Enterraores de Almanzor, Pepin su hijo era otro de mis amigos, también vive en mi barrio, la Carmeli se quedó en la casa de los padres. En ese taller que hablamos había una señora que se llamaba Maravillas. Te he borrado un comentario porque lo habías repetido. Un saludo muy cariñoso y claro que hemos tenido que coincidir, lo que pasa es que yo vivía en Cardenal Herrero, al lado de la Taberna de la Mezquita, aunque siempre estaba por la puerta de Almodóvar.