lunes, 4 de enero de 2010

“SAN CRISTOBALÓN”


San Cristobal
Altar de San Cristóbal en la Mezquita.


En el antiguo muro que separa la ampliación de Almanzor en la Mezquita, en uno de los altares que están construidos en él, en su parte cercana al Patio de los Naranjos, está el de San Cristóbal, Cristobalón para los cordobeses.

Es una pintura obra parece ser, según R. Ramírez de Arellano, de Antonio Ponz, cuya autoría no está confirmada. El lienzo está enmarcado en yesería. San Cristóbal tiene vestimenta de barquero, con los pantalones remangados, sobre un río con un palo en la mano y un niño en sus hombros.

El origen de éste santo se pierde en el tiempo, pero parece que deriva de Cristoforos, persona que sufrió suplicio en el siglo III. Su nombre tiene como significado “el portador de Cristo”. El gigante Cristóbal fue contratado por el hombre más poderoso del mundo, que no era sino el diablo camuflado, Cristóbal se dio cuenta que haciendo la señal de la cruz huía de su lado su amo, de esa forma se hizo seguidor de Cristo.

Trabajó de barquero, pero como era tan pobre no tenía para comprar una barca, y pasaba los viajeros sobre sus hombros. Una tarde un pequeño le pidió que le pasase el río, lo subió al hombro y empezó a cruzar el río. El niño cada vez pesaba más y Cristóbal se iba hundiendo, tardaba tanto e iba tan lento que se le hizo de noche. Pudo llegar a la otra orilla gracias a una luz que encendió un ermitaño. Cristóbal agotado, se echó al suelo y se levanto al oír al niño decir:

“Yo soy Jesús, tu Dios y señor, sin saberlo has llevado sobre tus hombros al autor de todo lo creado y, por lo tanto, el gran peso del mundo, para demostrarte lo que te digo, clava tu palo en el suelo y mañana cuando amanezca estará florecido”.

Así lo hizo Cristóbal y al día siguiente era una florecida palmera.

A partir de ese mismo momento Cristóbal se dedicó a propagar el mensaje de Dios. Al gobernador de su territorio no le agradaba lo que hacía Cristóbal y le ordenó que renunciara a sus creencias. Como se negó lo encarceló junto con Niceta y Aquilina, dos prostitutas para obligarle también a pecar. Como no lo consiguieron, éstas, ante la firmeza demostrada, le suplicaron les ayudase a convertirse. Lógicamente eso cabreo al Gobernador, que mandó decapitar a los tres.

Esta es la leyenda, luego aumentó la veneración a San Cristóbal en el siglo XVI y lo designaron patrón de los viajeros y de los moribundos. Todo aquél viajero que se hubiese encomendado a él, no podría morir sin recibir los sacramentos. En la actualidad es el patrón de los conductores.


Parte de la pierna y la imagen a buscar.

La leyenda cordobesa, la del altar de la Mezquita, dice que el cuadro tiene una pequeña silueta de una virgen entre el bastón y la pierna, que difícilmente nadie puede ver, a no ser que se esté en estado de gracia y que le hayan rezado un padrenuestro. Una vez esto ocurra la virgen se verá nítida. Es entonces el momento de hacer tres peticiones personales en secreto, y seguro que una de ellas es concedida por Santa María.

Otras versiones populares (*) decían que había que ver un señor con un saco y que, al igual que introducir el dedo en el sillón del obispo de la Ermitas -agujero para el desagüe del sillon-, no te casabas sino lo veías. Las las leyendas son eso, leyendas y cada cual las toma como quiere y las recuerda

Todo esto está aquí para el que le interese, o para aquel que quiera ver la pequeña figura. Es un recorrido por la leyenda cristiana del origen de este señor, y no me hago responsable de cualquier tipo de problema mental que les pueda devenir al leer esto.

Detalle de la imagen
Detalle del lugar del cuadro donde si se está en "estado de gracia" se puede ver la imagen.

(*) Está versión del saco es del padre de un amigo que así se la contaba a sus hijos y la menciono en su honor.

Fotos del autor
Bibliografía la citada en el texto

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