miércoles, 28 de febrero de 2018

VISIÓN DE CÓRDOBA EN 1668




Otro dibujante del siglo XVII, Pier María Baldi, nos dejó un apasionante dibujo, cien años después el que hizo Anton van de Wymgaerde, en 1568, en este caso parece que desde los terrenos de la Cuesta de la Pólvora. Está en dos mitades.

"Pier Maria Baldi (Florencia, 1630-1686) fue un arquitecto y pintor barroco italiano, acompañante de Cosme de Médici, en el viaje que realizó por España, Portugal, Francia, Bélgica y Holanda entre 1668 y 1669, del que dejó un rico conjunto de dibujos con vistas panorámicas de las ciudades y aldeas por las que discurrió. En 1667 el gran duque Fernando II de Médici escribió a Gian Lorenzo Bernini recomendándole a Baldi, a quien presentaba como joven florentino 'assai ben avanzato nel disegno en el colorito', para que lo ayudase en los estudios de pintura y arquitectura que se proponía realizar en Roma.  

Portada del libro de viajes

Un año después viajó por España, Portugal y Francia en el séquito de Cosme de Médici, heredero del Gran Ducado de Toscana. Baldi dibujó a la aguada sepia vistas panorámicas de cada una de las poblaciones en las que paró la comitiva para acompañar al relato del viaje, redactado por Lorenzo Magalotti. Conservados en dos volúmenes guardados en la Biblioteca Mediceo-Laurenciana de Florencia, los rápidos apuntes de Baldi, en los que se evidencia su formación como arquitecto, superan en realismo y capacidad descriptiva a la narración oficial del viaje por Magalotti." De Wikipedia.


En su primera porción de imagen nos permite ver el horizonte del barrio del Espíritu Santo, con la Calahorra al fondo, ya reparada con respecto al anterior dibujo citado, realizado cien años antes por Wyngaerde. Parte de los terrenos que vemos en la orilla del Campo de Verdad se los tragó materialmente el río en el desplazamiento del cauce. Y el cortijo del primer plano pudiera ser el de Santa Matilde.


El segundo cuadro nos permite ver las torres albarranas de la esquina del Campo Madre de Dios, y una curiosidad, una multitud de troncos en la orilla del río, como esperando para transportarlos por él o para cualquier otro menester. Al fondo la Mezquita ya con la catedral terminada y el Minarete de la misma, forrado con la actual torre campanario, y el puente romano. Detrás, inmediatamente de las torres de la muralla, divisamos la techumbre del Convento de los Mártires.


El tercer cuadro nos enseña parte del horizonte del segundo, pero en éste, entra en nuestro campo de visión una tercera torre. Seguimos viendo los troncos, pero en el montículo de delante de la torre, en un altozano, hay unas cruces que pudieran ser lugares de ejecuciones de la Inquisición (que no era Santa), o como escaparate de otros escarmientos de la justicia. Al encontrarse a la salida de la ciudad o a la entrada, según la dirección de los ciudadanos.


Cuarto cuadro. La puerta de Baeza, majestuosa, nos presenta toda su arquitectura, dos torres unidas por un arco central, a la derecha de la puerta (según nuestra posición) el Convento de Madre de Dios. Un frondoso árbol en la esquina y el habitual tráfico de entrada y salida de la ciudad. A la izquierda, el lugar citado en la imagen anterior de la celebración de "autos de fe"..


Quinta imagen: Unos caballeros camino de la ciudad, los mismo comerciantes, una pareja charlando cerca de la pared del convento y a la derecha lo que podría ser el convento de San Juan de Dios (desaparecido) que estaba, aproximadamente, en lo que hoy son los terrenos del ex-Matadero Municipal. A la izquierda de lo citado, lo que podrá ser el Convento del Carmen, unido a la actual facultad de Derecho. Pudiera ser lo que se divisa a la izquierda la torre de S. Andrés.


Sexto cuadro: Parte del anterior, una nueva torre y a la derecha el Convento de San Sebastián, que estaba situado en la actual entrada de la Avenida de Barcelona. El rótulo de la ciudad.


Séptima imagen: Resto de huertas y construcciones en la carrera de la Fuensanta, Santuario que no se ve en la imagen, y el escudo de la ciudad. Así como las estribaciones de la sierra.

Lo que procede es cada uno buscar referencias y situar perfiles que se conozcan, teniendo en cuenta que estamos hablando del año 1668, es decir la friolera de hace trescientos cincuenta años.

Grabados de Baldi
Bibliografía de Wikipedia

lunes, 26 de febrero de 2018

CIRCULAR ARROYO BEJARANO

Recorrido circular

Esta mañana de una temperatura primaveral, aunque nublado, que ojala justifiquen las previsiones y si no como en Canarias, nos pongamos al día en el desequilibrio hídrico que tenemos, aun a pesar de que no ha llegado aún el de las aguas mil, hemos hecho un amigo y yo el recorrido circular desde el cruce del sendero a la Fuente del Elefante, al Bejarano. Luego por su margen derecho bajar al Guadiato, con parada sin fonda en la zona minera, y cruzar un arroyo del Coronel seco como casi todos, para subir a la pista que da acceso al Arroyo del Molino y los Baños de Popea.

Paso del arroyo del Bejarano

Cartel de los Duendes

Zona de repoblación

Un recorrido circular de unos 6.200 metros, con un desnivel acumulado subiendo de 151 m. y bajando de 156 m. desde la cota de 411 m.s.n.m. máxima, a la 266 m.s.n.m. mínima, durante una hora y treinta y cinco minutos. Durante todo el recorrido no nos hemos cruzado ningún elemento humano, sólo hemos escuchado el arrullo de las palomas torcaces, dos. El sonido lejano de unas motosierras, seguro que talando. Y una espantada mirla que nos cruzó por delante. Nada más, ni hormigas, abejas, y ni siquiera moscas. Bueno, el 'ametrallante' sonido de un picapinos se dejo oír. Estamos acabando con todo.

Detalle de los olmos talados

La Fábrica de Paños

El ejemplar de la broma en Facebook, aplicación de 155 al Bejarano

Eso sí, aunque el nivel del caudal del arroyo Bejarano no es el que debiera ser, por lo menos corre. Lamentamos por contrapartida que el venero del camino tenga sólo un hilillo de agua. Se puede vislumbrar después de la actuación de la Confederación, el inmenso daño que hizo la grafiosis a los olmos, al observar la cantidad de tocones existentes. Observamos antes, el fosilizado canal desde la rajada presa, hasta el depósito de la Fábrica de Paños, y siempre recuerdo que José Manuel Recio me dijo que el cauce profundo de arroyo en esa zona, determina el caudal que ha tenido el venero de al lado de la carretera. 

La higuera

El hermoso cauce

Sendero margen derecha

Todos los arbolillos plantados tiene su número correspondiente, vimos el de la broma (no tomada como tal de un usuario de Facebook con limitado sentido del humor) del 155. La fábrica de Paños puede observarse sin problemas y la retirada de las zarzas puede que sirva para que la fuerza de lo plantado surja con más vigor. La hermosa higuera antes del arroyo de San Juan, sin gota de agua, yace en el llano. Lo vadeamos y continuamos hacia abajo por el margen derecho del arroyo Bejarano. Hablamos del muro de contención de la llamada Calzada Romana, de gruesas piedras, similar a las del Arroyo del Moro en la Cuesta de la Traición. Luego la cancela que separa el Bejarano de los Baldíos del Río.

La piedra cerca del Martinete superior en los Baldíos

Hacia abajo

Tronco cortado y bosque en galería

El canal también fosilizado de alimentación de la balsa principal del Martinete superior, que dejamos a la izquierda para continuar bajando. La cantinela agradable del agua era ahora el único sonido que nos acompañaba. Una ruina de lo que pudo ser un calerín, y los restos del muro que baja, más o menos cerca de los restos del molino de cubo que nos enseñó en su día ese apóstol del Bejarano que es Bartolomé Olivares. Un sendero ahora estrecho y teóricamente peligroso por su altura, nos conduce a la zona minera de abajo, lo que llamamos minas romanas. 

Otra hermosa estampa del cauce

El pozo vertical protegido

Túnel horizontal del pozo vertical

Ahora vemos el pozo vertical que, aunque sigue manteniendo como escalera el antiguo raíl de vía estrecha, tiene ahora una baranda de madera que protege el agujero. Y una cosa, está afortunadamente limpio, otra cuestión a agradecer a los mantenedores. Se ve hasta el túnel horizontal del fondo. La mina de la derecha también está aparentemente limpia. No podemos decir lo mismo de la superior, la que tiene la columna en el centro que, su parte izquierda del portal es un improvisado urinario femenino, y manifiesto lo del género, porque los masculinos no utilizan papeles para las últimas gotas, a determinadas edades se quedan en los pantalones o ropa interior. 

El túnel horizontal de otra explotación

El túnel anterior relativamente limpio

Subida a los pozos superiores

Una porquería, no la necesidad de miccionar que es ineludible, sino dejar los papeles en la entrada de la mina, y menos mal que son aguas menores, aunque requiere una comprobación que no hicimos. Seguimos la ruta volviendo sobre nuestro pasos de la gruta superior, por una bajada que requiere toda la precaución del mundo, sobre todo para los torpes cuyo carnet de identidad está pasado de frenada. Los lugares que nos presenta el cauce del arroyo Bejarano, con sus distintos aterrazamiento y tupida vegetación, son tremendamente hermosos, deleite para los sentidos y el sonido de sus distintos saltos música celestial. Llegamos al hermano mayor, el Guadiato, que baja también pobre de caudal, el Bejarano es fiel a su cauce, como todos los ríos cuando desemboca en el superior.

El pozo de la columna, a la izquierda el urinario

El arroyo Bejarano casi en su desembocadura

La balsa del Guadiato

Andamos entre formaciones rocosas de bastante importancia, y cruzamos, el cauce seco del Arroyo del Coronel, que no sabemos si tenía quien le escribiera algo, como el de la obra de Gabriel García. Unos metros más y antes de llegar a la fidelidad a su cauce del Arroyo del Molino, decidimos subir por el empinado sendero superior de su margen derecho. Esta es la última subida del recorrido, pero considerable. Los riscos del Alto de las Cabreras se nos presentan inexpugnables, y ni siquiera el majestuoso vuelo de algún buitre les hace honor a su altura. Cada vez menos vida animal en el campo.

El seco arroyo del Coronel

Bifurcación o Molino, o sendero superior

Sendero del Arroyo del Molino Baños de Popea

Hablamos de la balsa del Molino, cuya existencia la conozco por el Prof. Recio, su camuflaje boscoso la está protegiendo de la masificación dominguera, afortunadamente. Me quedé con las ganas de ver si la higuera del arco ha vuelto a nacer, y comprobar la eficiencia de mi querido amigo Pepe Serrano (al que echo de menos) fue efectiva, y el arco tiene para otros pocos de años. El camino superior ahora sin coches aparcados se nos presenta amplio, con el "acerado" lateral de los peatones repuesto, después de un destrozo criminal de algún o algunos indeseables. Ya estamos en el punto de partida después de haber disfrutado de un excelente paseo y habernos sentido satisfechos del trabajo realizado en la zona.  

Fotos del autor

viernes, 23 de febrero de 2018

PASEO POR EL PATRIARCA CON JOSÉ LUIS REYES

Extraordinario ejemplar de olivo varias veces centenario

Hoy he tenido la satisfacción de hacer un recorrido por el Patriarca con José Luis Reyes, un amigo que me requirió para enseñarme detalles de la zona que no conocía. Es extraordinaria esta zona de la sierra, de la media ladera, el Patriarca, que se empeñan unos pocos indeseables en destruirla, lo llenan de suciedad unos y otros acaban con la delicada capa fértil con las ruedas de motocicletas y bicicletas. Es increíble la cantidad de información que he tenido que procesar en el paseo con José Luis.

Zona del Patriarca

Singular algarrobo

Desde olivos más que centenarios, algarrobos singulares, bosque en galería, canteras de piedras de molino, de calcarenita, cuevas, y las más variadas especies vegetales, algunas como la 'leucocarpa',  una especie de acebuche que da acebuchinas blancas, preciosas pero muy delicadas. Son de un hermoso blanco marfil, pero delicadas de piel, cualquier arañazo les deja una marca marrón muy visible. Nacen verdes y al madurar no tienden al negro sino al blanco marfil.

Otro ejemplar de categoría

Detalle del tronco

José Luis me enseñó árboles singulares, como un enorme algarrobo, o olivos injertados en acebuche que señalaba tienen, posiblemente, más de quinientos años algunos. En un terreno que es la terraza de calcarenita residuo del mar de Tetis geológico, con muy poca capa fértil, sin apenas nada de agua, ahí están bien enraizados en los intersticios de la roca, algunos incluso la han separado para seguir introduciendo sus raíces en el terreno. Luego están otro tipo de canteras cuya cicatriz es evidente.

Otro varias veces centenario olivo

El ejemplar injertado de leucocarpa

El valor de los amigos, si estos son entendidos en materias tan interesantes como la agricultura o la geología, o si simplemente incentivan la curiosidad y sobre todo la defensa de nuestro patrimonio, no se le supone como en la cartilla militar, es un valor perfectamente reconocido. Yo tengo que sentirme muy honrado que me llamen estos amigos para conocer nuestros lares, aunque mi acompañamiento sea un poco de lastre para ellos, por cuestiones de almanaque, pero que me dejaron un agradable sabor de boca. 

Detalle de las acebuchinas color marfil

Acebuchinas blancas

Nos faltó la presencia de otro enamorado de la zona, Rafa Gómez. Hablamos de muchos amigos comunes, personas implicadas en la defensa de la naturaleza y conocedores de la zona: Rafa Tamajón, Joaquín Reina, Juan Manuel Recio, Fernando Penco y muchos otros. Cada uno erudito en su parcela correspondiente, todos de demostrado amor a la naturaleza y defensores a ultranza de nuestro patrimonio local. Seguro que le pitó el oído derecho que es el que suena cuando se habla bien de las personas.

Un bonito sendero por el arroyo en galería

Otro tramo

José Luis me explicó la necesidad de desvaretar o deschuponar los olivos podados hace un año, ya que los chupones se han multiplicado desde su base y eso acabará por destruirlos con el tiempo. Un olivar posiblemente citado en textos del archivo y de aguas ocultas. Nos quejamos ambos, y lo compartimos, que salvo el excelente trabajo de Lourdes Antón y Manuel Altamirano, de la GMU y algunos puntuales de la universidad, poco se ha escrito sobre esta zona cercana de la ciudad, que es a su vez pulmón y gran contenedor patrimonial.

Dos ruedas de molino a medio tallar

Conocí también a Victoriano el 'robinsón' del parque. Inquieto, soñador y sobre todo insultantemente libre que, al contrario que Alexander Selkirk, el pirata escocés abandonado por sus compañeros, que creó su hogar en la Isla de Juan Fernández, y luego llevo a la literatura Daniel Defoe, este robinsón del siglo XXI, ha tomado la decisión personal de la libertad y vida formando parte de la naturaleza. La verdad es que el entorno es verdaderamente hermoso. Se me quedaron en el tintero muchas preguntas que hacerle, a pesar de que tuvimos una larga charla. Otra vez será.

Simbiosis natural geológica

Si pudiéramos entre todos, con la necesaria y obligatoria implicación de las autoridades, autonómicas, municipales y académicas, preservar esta zona, vigilar a los desaprensivos y sancionar si llegara el caso, las futuras generaciones se encontraran un manual extraordinario de historia natural, donde confluyen muchas materias de la vida. Especies vegetales únicas, hábitat especiales, geología, etc., que pudieran servir de aula abierta y cercana para nuestros escolares. 

Una rueda de molino en el cauce

Para terminar, añadir que sería necesario reconsiderar la incorporación a los terrenos municipales, futuro Parque, de más territorio por el oeste, improductivo agrícolamente hablando, pero de un extraordinario valor patrimonial. Es mucho lo que atesora la zona y tiene mucho valor natural lo que se puede perder. El primer paso está dado y sólo se requiere voluntad de dar los siguientes. Gracias José Luis por el didáctico paseo.


Fotos del autor
Información gracias a José Luis Reyes

miércoles, 21 de febrero de 2018

ALCUBILLAS O FUENTES DE LA HEREDAD DE LA ALBAIDA

Primera alcubilla, margen izquierdo del arroyo Valdegrajas con mina incluida

Hoy sin esperarlo, pues no tenía prevista la visita a esta zona hemos visitado la fuente o alcubilla de la heredad de la Albaida. Unas breves nociones etimológicas, después de consultar la RAE y otras fuentes, nunca mejor empleada aquí la palabra, sobre las palabras fuente, alcubilla y venero, las tres relacionadas con el agua. "Alcubilla: parece proceder del diminutivo del árabe hispánico 'alkúba', y este del latín vulgar 'cova', femenino de 'covus' hueco. Fuente: entre otras acepciones, del latín fons o fontis; 'manantial de agua que brota de la tierra'. Y Venero: de 'vena' manantial de agua."

Fotografía aérea con expresión de los lugares citados

Pilón fuente de la alcubilla

Pluralicé en el párrafo anterior, por la sencilla razón que no he ido solo, la visita la he realizado con José Ramírez, que ya me había insinuado la existencia de este manantial o alcubilla. Cruzado el Patriarca por su lado más cercano a la Heredad de la Albaida, subimos buscando la pista que roza los depósitos de la barriada Santa Ana de la Albaida, que hace frontera con el precioso arroyo que baja de la zona de las Ermitas, del que ignoro el nombre, aunque puede ser de el de Santa Ana de la Albaida. Más al oeste está el de Valdegrajas, y más aún, el de Rodadero y la Tinajita. Pasamos un hermoso algarrobal, con unos ejemplares de postín, mezclados con otros acebuches que no le van a la zaga en una zona adehesada. 

Alcornoque y pilón

Una vista de la alcubilla

Nos encontramos a Juan, un amigo habitual de diario, si no hay impedimento, de la subida a las Ermitas, desde su barrio, Electro Mecánicas, que bajaba ya de vuelta. Le preguntamos sobre la cantera-cueva de la Higuera, porque nos habíamos desplazado más al oeste, y nos llevó a la misma unos metros más abajo. Después de intercambiar algunas bromas, nos despedimos, él siguió su ruta y nosotros volvimos al arroyo, no sin indignarnos por la suciedad que en algunos lugares dejan algunos indeseables. Volvimos a mencionar lo fácil que sería la erradicación de estos comportamientos miserables, y de que está en la mano de las instituciones, sólo con visitar los peroles y tomarles nota, para la comprobación posterior y sanción pertinente si procede se acabaría con la suciedad.

Interior de la alcubilla y mina

Suelo de fango lechoso

Una preciosa umbría configura este arroyo, linde este de la barriada citada. Es de admirar que, aun a pesar de que el mismo tiene su cabecera en la antigua carretera de las Ermitas y que es corto en su recorrido antes de desembocar cerca de la Subestación de Figueroa, es muy profundo en su cauce, lo que denota que cuando llovía, el desnivel del mismo y el caudal lo han esculpido bastante bien. Lástima también que otros indeseables, la raza humana, culpable del cambio climático, sean los causantes indirectos de que esté seco. Todo este terreno está bastante transitado por rebaños de ovejas, que en los cruces dejan el terreno bastante resbaladizo.

Fondo de la mina

Pasillo 

Cruzamos el arroyo y subimos un empinado camino y escurridizo, hasta la pista que baja desde el emplazamiento de colmenas, y el sendero que, desde el final del adoquinado de la carretera de las Ermitas, busca esos terrenos de la Albaida. Llamamos a un amigo vecino de esa barriada por si quería venir con nosotros pero estaba fuera de la ciudad. Unos agrimensores medían algo desde la cubierta del depósito de la urbanización. Nosotros nos aproximamos ahora al Arroyo de Valdegrajas, de mas recorrido, pero también seco. La balsa que normalmente tiene agua hoy no tenía ninguna. El mismo terreno empinado, pedregoso y resbaladizo, nos hizo acrecentar la precaución. Unos metros hacía el norte margen izquierdo del arroyo arriba y vimos la pileta, a la que le habían roto ya la teja invertida que hacía de desagüe.

Un señor alcornoque

Valdegrajas arriba

A la derecha, bajo la sombra de un enorme algarrobo y rodeada de no menos importantes alcornoques, acompañados de la correspondiente vegetación de las fuentes, los juncos, que ya ni siquiera sirven para los jeringos, pues te los sirven en bolsa de plástico y papel grueso, estaba la alcubilla. Una puerta metálica desvencijada, de 80 x 60 cm. sujeta por una varilla de hierro, estaba enmarcada en un murete de contención, pintada la mitad de azul lo mismo que el dintel de piedra, con un rosetón de taladros para airear el interior, custodiaba el agua del interior y la estrecha mina que se adentra en el cerro.

El cerro de la Cárcel, las Ermitas y el cortafuegos

Arriba la caseta que tuvo al lado la bandera fascistoide

Sin agua, con un suelo fangoso "blancusino", seguramente por la composición caliza de su agua, cuando la tuvo, una pared de ladrillo que apunta la entrada de la mina cuyo final se vislumbraba. No entramos en ella en evitación de ponernos de fango blanco... hasta allí, aunque no tenía más de quince centímetros de fondo, medidos con el palo. Fotografías de rigor, y vuelta a dejar la puerta sujeta como estaba y el lugar como si no hubiera pasado nadie por allí. Los oídos finos de los perros, del "Manolillo de turno" (el del carguillo), nos habían escuchado, pero seguro que, acostumbrado el 'insonrible' personaje a que ladren por todo no les echaba cuentas.

Mi amigo Pepe delante de unas de las ruinas

Más casillas en ruinas

Decidimos subir Valdegrajas arriba, por su margen izquierdo, para que mi amigo Pepe viese la Alcubilla Fuente Ana, del antiguo huerto, que abraza Loma Larga por arriba. Pinos y abetos de allende el atlántico, posiblemente afectados por alguna enfermedad, esperaban secos totalmente el camino que habían seguido otros talados en el suelo. Algún árbol con señales del diminuto picapinos, nos señalaban lo que tiene que hacer este ruidoso pájaro, para buscar el sustento. Cruzamos Valdegrajas, seco, y nos dispusimos a subir por el margen izquierdo del arroyo que baja desde Nuestra Señora del Rosario, y  la Fuente de la Zarza, arriba, desde de la carretera de las Ermitas.

Casilla en mejor estado

Alcubilla de Santa Ana

Vimos los restos de las casillas y chozos del Huerto de Santa Ana, y llegamos al frondoso lugar donde está la llamada Fuente Ana, con una ene cirílica. Esta si tiene unos ochenta centímetros de nivel de agua en su depósito. A la salida está lo que sería una pequeña presa, cuando el líquido y necesario elemento regaba los terrenos del Huerto de la Albaida. Un hermoso valle con señales de presencia humana de no hace muchos años, estimando el no hace en más de cincuenta años. Arriba, majestuosas, las Ermitas coronando el Cerro de la Cárcel, y arriba también pero más a la izquierda, por encima de la segunda cruz del Vía Crucis primitivo, la caseta de comunicaciones, roja y negra, que afortunadamente, no sabemos el porqué, ya no tiene la bandera fascistoide a cuyo lado ondeaba meses atrás. Bueno no hay mal que cien años dure. 

Interior de la alcubilla

Otro muro al lado del arroyo

Vuelta por el mismo camino, aunque en esta ocasión cogimos la pista que rodea el cerrete de la primera alcubilla visitada, y no pasamos por ella, tratando de evitar la discusión con el 'insonrible'. Salimos directamente a los depósitos, bajamos, yo por lo menos con notable dificultad, de septuagenario, aunque no lo quiera reconocer y la precaución adecuada hizo que no hubiese problemas. Nuevamente el precioso terreno que tenemos los cordobeses en el parque del Patriarca, a dos pasos de la ciudad, pero que algunos miserables,  incívicos e indeseables, personajes no quieren que tengamos. Al final un recorrido de casi tres horas y unos once kilómetros entre pecho y espalda. 

Valdegrajas totalmente seco

Camino de vuelta

Fotos del autor
Bibliografía del Blog.